¿Qué es la bronquitis aguda?
La bronquitis es una inflamación de los conductos respiratorios (vías respiratorias) grandes, llamados “bronquios”, que causa un aumento de la producción de mucosidad y otros cambios en la respiración, como tos, congestión, dificultad para respirar o empeoramiento de los síntomas respiratorios. Aunque hay varios tipos distintos de bronquitis, los dos más frecuentes son la bronquitis aguda y la bronquitis crónica (que afecta principalmente a los adultos).
La bronquitis aguda es la inflamación de las membranas mucosas de los bronquios.
¿Cuáles son las causas de la bronquitis aguda?
La causa de la bronquitis aguda suele estar asociada con virus o bacterias. También puede deberse a agentes físicos o químicos, como polvos, alérgenos, vapores fuertes y vapores provenientes de limpiadores químicos o el humo de tabaco. La bronquitis asmática aguda puede darse como resultado de un ataque de asma o ser la causante de un ataque de asma.
En los niños, la causa más frecuente de la bronquitis es un virus, aunque también puede causarla una bacteria en los niños mayores de 6 años. La bronquitis aguda suele ser una enfermedad leve. Puede aparecer después de un resfrío común o luego de otras infecciones virales de las vías respiratorias superiores. También se puede dar en niños con sinusitis crónica, alergias o que tienen las amígdalas o las adenoides agrandadas. Una complicación que puede presentarse con la bronquitis es la neumonía.
¿Cuáles son los signos y los síntomas de la bronquitis aguda?
Cada niño puede tener síntomas diferentes. Los síntomas pueden incluir:
- Goteo nasal, en general antes de comenzar a tener tos
- Malestar general (tener una molestia general en el cuerpo o no sentirse bien)
- Escalofríos
- Fiebre leve
- Dolor muscular y de espalda
- Dolor de garganta
En las primeras etapas de la enfermedad, los niños pueden tener una tos seca, que no produce mucosidad, y que luego avanza a una tos con gran producción de moco. Con la tos, los niños más pequeños podrían tener arcadas o vomitar. Los síntomas de la bronquitis suelen durar una o dos semanas, pero también pueden extenderse hasta un mes.
Es posible que los síntomas de la bronquitis aguda se parezcan a los de otras enfermedades o problemas médicos. Hable con el médico de su hijo(a) para obtener un diagnóstico.
¿Cómo se diagnostica la bronquitis aguda?
La bronquitis suele diagnosticarse luego de revisar los antecedentes médicos del niño y de hacerle un examen físico (enlace solo disponible en inglés). Es posible que se indiquen algunas pruebas para descartar otras enfermedades, como neumonía y asma. Además, las siguientes pruebas podrían ayudar a confirmar el diagnóstico:
- Radiografía de tórax (enlace solo disponible en inglés).
- Análisis de sangre.
- Oximetría de pulso: un oxímetro es un dispositivo pequeño que mide la cantidad de oxígeno en la sangre. Se coloca un pequeño sensor (similar a una tirita) en un dedo de la mano o del pie. Cuando el dispositivo está encendido, se puede ver una pequeña luz roja en el sensor. El sensor no causa dolor y la luz roja no se calienta.
- Cultivos de saliva.
- Hisopado nasal.
¿Cómo se trata la bronquitis aguda?
El médico de su hijo(a) decidirá el tratamiento para la bronquitis aguda en función de lo siguiente:
- La edad, el estado de salud general y los antecedentes médicos de su hijo(a)
- El grado de la enfermedad
- La tolerancia de su hijo(a) a medicamentos, terapias o procedimientos específicos
- Las expectativas sobre la evolución de la enfermedad
- Lo que usted opine o prefiera
En muchos casos, no es necesario dar antibióticos al niño para tratar la bronquitis aguda, ya que la mayoría de las infecciones son virales. Incluso los niños que tienen tos desde hace más de ocho a diez días no suelen necesitar antibióticos.
El tratamiento de los síntomas puede incluir lo siguiente:
- Un analgésico, como acetaminofeno (acetaminophen), para la fiebre y las molestias
- Un medicamento para la tos
- Beber más líquidos
- Un humidificador de vapor frío en la habitación (puede ser útil)
En la mayoría de los casos, debe evitarse el uso de antihistamínicos (como Benadryl®, Zyrtec®, etc.), porque secan las secreciones y pueden empeorar la tos.
Siempre consulte con el médico de su hijo(a) para obtener más información.
