Enfermedad por reflujo gastroesofágico en bebés (Gastroesophageal Reflux in Infants)
La enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) ocurre cuando el contenido del estómago ingresa al esófago (tubo que conecta la boca con el estómago) durante un comida o luego de esta. La mayoría de los bebés que padecen de reflujo gastroesofágico son alegres y sanos a pesar de las regurgitaciones o los vómitos. Un bebé que padece de reflujo gastroesofágico puede experimentar los siguientes síntomas:
Incidencia
La enfermedad por reflujo gastroesofágico ocurre con frecuencia en bebés normales. Más de la mitad de los bebés tienen reflujo en los primeros 5 meses de vida.
Solo un pequeño número de bebés tienen problemas debido a la enfermedad por reflujo gastroesofágico. La mayoría deja de regurgitar entre los 12 y los 18 meses de edad.
Causas
Hay un anillo de tejido muscular en la parte inferior del esófago que se abre y se cierra, y permite que la comida ingrese al estómago. A este anillo se lo conoce como esfínter esofágico inferior (lower esophageal sphincter, LES).
En bebés, este esfínter no es tan fuerte como en niños más grandes o adultos. El esfínter se abre fácilmente y el contenido del estómago, a menudo, se dirige hacia el esófago y sale por la boca (regurgitación o vómito).
La enfermedad por reflujo gastroesofágico también puede ocurrir cuando los bebés tosen, lloran o se tensan debido a que la presión en el estómago aumenta con estas acciones.
Signos y síntomas
En un pequeño número de bebés, el reflujo gastroesofágico puede desencadenar síntomas que son preocupantes. Algunos de ellos son los siguientes:
Cada uno de estos problemas también puede ser causado por otros trastornos diferentes del reflujo gastroesofágico. Su proveedor de atención de la salud debe determinar si la enfermedad por reflujo gastroesofágico es la causa de los síntomas de su hijo/a.
Diagnóstico
Un bebé que regurgita o vomita con frecuencia podría padecer la enfermedad por reflujo gastroesofágico. Su médico o enfermero hablará con usted acerca de los síntomas de su hijo/a y le realizará un examen físico. Si el bebé es sano, alegre y crece con normalidad, puede que no sea necesario llevar a cabo ningún tratamiento o prueba.
A veces, puede que se indiquen pruebas para ayudar a su médico o enfermero a determinar si los síntomas de su hijo/a están relacionados con el reflujo gastroesofágico. Por lo general, se puede comenzar con el tratamiento sin necesidad de realizar ninguna prueba.
Tratamiento
El tratamiento del reflujo depende de los síntomas y la edad del bebé. Es posible que algunos bebés no necesiten ningún tratamiento, ya que el reflujo gastroesofágico desaparecerá en muchos casos sin tratamiento. Para que el bebé esté alegre y sano puede que solo sea necesario mantenerlo en posición vertical luego de alimentarlos.
La sobrealimentación puede agravar el reflujo, por lo que es posible que su proveedor de atención de la salud le sugiera un plan de alimentación diferente. Por ejemplo, administrar alimentos en cantidades más pequeñas y con mayor frecuencia puede ayudar a reducir las posibilidades de experimentar reflujo.
Si se sospecha de una alergia a algún alimento, su proveedor de atención de la salud podría pedirle que cambie la fórmula que le da a su bebé (o que modifique la dieta de la madre si el bebé toma leche materna). Si el niño/la niña no está creciendo con normalidad, puede que se le recomiende la ingesta de alimentos con un contenido calórico más alto o la alimentación con sonda.
Si su hijo/a siente malestares o tiene dificultad para dormir, comer o crecer, el médico podría recomendar la administración de un medicamento. Se pueden administrar diferentes tipos de medicamentos que reducen la producción de ácido en el estómago para tratar el reflujo.
Aunque estos medicamentos ayudarán a proteger el daño en el esófago de su hijo/a debido a reflujo, no es muy probable que curen completamente las regurgitaciones.
En muy pocos casos los bebés tienen enfermedad por reflujo gastroesofágico grave que les impide crecer o les causa problemas respiratorios. Es poco frecuente que los bebés deban someterse a cirugías para tratar el reflujo gastroesofágico. Si es necesario realizar una cirugía, el médico o el enfermero de su bebé puede comentarle acerca de las opciones de tratamiento.