¿Qué son las lesiones hepáticas?
Debido a su tamaño, el hígado es el órgano del abdomen que se lesiona más fácilmente en los niños. Se ubica en la parte superior derecha del abdomen. La mayoría de las lesiones hepáticas se deben a un traumatismo cerrado provocado por accidentes de automóvil, caídas, accidentes en bicicleta o cualquier otra actividad que provoque un golpe fuerte en el abdomen. Una lesión hepática penetrante puede ser el resultado de una herida de bala o de un objeto afilado que desgarre o perfore el hígado.
¿Cuál es la función del hígado?
El hígado es el órgano sólido más grande del cuerpo y es fundamental para vivir. Este órgano cumple muchas funciones:
- Produce bilis, que ayuda en la digestión.
- Filtra y limpia la sangre, y ayuda a eliminar bacterias.
- Almacena carbohidratos, vitaminas y minerales.
- Produce proteínas, glucosa y factores de coagulación.
- Descompone hormonas y ciertos fármacos.
¿Cómo se diagnostica una lesión hepática?
La mayoría de los niños con lesiones hepáticas presentan dolor abdominal después del traumatismo o la lesión.
Si sospecha que su hijo(a) tiene una lesión hepática, el personal de cirugía traumatológica lo(a) examinará de forma minuciosa y detenida. Para diagnosticar este tipo de lesión, se pueden hacer radiografías, una tomografía computarizada, ecografías o análisis de sangre.
La Asociación Americana de Cirugía de Trauma (American Association for the Surgery of Trauma, AAST) clasifica las lesiones hepáticas del 1 al 5. El grado se determina por el tamaño y la ubicación de la lesión que se observa en la tomografía computarizada. El grado 1 es el menos grave y el grado 5 es el más grave.
¿Cómo se tratan las lesiones hepáticas?
Los niños con lesiones hepáticas de grado 1 o 2 pueden recibir el alta de la Sala de Emergencia (Emergency Department) o ser ingresados en el hospital. A los niños con lesiones hepáticas de grado 3 a 5 se los ingresará en la Unidad de Cuidados Generales (General Care Unit) o en la Unidad de Cuidados Intensivos (Intensive Care Unit, ICU) para el manejo del dolor, análisis de sangre y un seguimiento minucioso. La mayoría de las lesiones hepáticas se pueden tratar sin cirugía. Según el grado de la lesión, el tratamiento puede incluir reposo absoluto en cama, no comer ni beber por un periodo breve, control del dolor, análisis de laboratorio e hidratación por vía intravenosa. A veces, se necesitan transfusiones de sangre.
Si el sangrado del hígado no se detiene solo, se deberá hacer una cirugía para reparar el daño y detener el sangrado.
Si este es el caso de su hijo(a), no podrá comer durante un tiempo después de la cirugía. Sin embargo, se le colocará una vía intravenosa, que es un pequeño tubo en una vena, para administrarle líquidos y evitar que se deshidrate. También podría tener una sonda nasogástrica (un tubo que se coloca a través de la nariz hasta el estómago) después de la cirugía a fin de mantener el estómago vacío.
Medicamentos y control del dolor
Hable con el proveedor de cirugía traumatológica sobre los medicamentos que su hijo(a) estaba tomando antes de ser ingresado(a) en el hospital. Ellos le informarán cuándo es seguro reanudar cualquier medicamento que usaba en el hogar. Su hijo(a) podría sentir dolor o molestias en casa. Administre acetaminofeno (acetaminophen) (Tylenol®) en caso de dolor.
El proveedor de cirugía traumatológica de su hijo(a) también puede emitir una receta para un analgésico más fuerte. Dele el analgésico más fuerte si el dolor no desaparece después de una hora de darle acetaminofeno. Siga las instrucciones de la receta médica.
No le dé a su hijo(a) antiinflamatorios no esteroideos (AINE) (también conocidos como Motrin®, Advil®, Aleve®, etc.) hasta que el proveedor de cirugía traumatológica le diga que puede hacerlo. Es posible que su hijo(a) necesite un ablandador de heces mientras toma los analgésicos recetados para evitar el estreñimiento y el esfuerzo al defecar.
Cuidado de las heridas y de la piel
Su hijo(a) puede darse una ducha o tomar un baño, pero puede necesitar ayuda durante varios días cuando regrese a su hogar. Si su hijo(a) tuvo una cirugía, consulte con su proveedor de cirugía traumatológica sobre cómo debe ducharse o bañarse. Siga las instrucciones que le dé con respecto al cuidado de otras lesiones o heridas. Si su hijo(a) tiene cortes o raspones en la piel debido a otras lesiones, lávele las áreas con agua tibia y jabón, y séqueselas dando palmaditas.
Actividades después de sufrir una lesión hepática
No es necesario que su hijo(a) esté en la cama, pero debe caminar y jugar de forma tranquila mientras se recupera. No debe jugar de forma brusca con familiares, amigos o mascotas por varias semanas. Podrá volver a la escuela entre dos y siete días después, pero tendrá restricciones estrictas de actividad durante un tiempo. Las restricciones estrictas de actividad incluyen no hacer gimnasia, no correr, no hacer actividades con ruedas y no participar en ninguna actividad que implique levantar ambos pies del suelo al mismo tiempo. Tampoco podrá participar en deportes de contacto o competitivos hasta que finalice el periodo de restricción de actividades. La duración de este periodo dependerá del grado de la lesión hepática.
Regreso a la guardería o la escuela
Es posible que su hijo(a) deba faltar a la escuela para descansar en su hogar. El proveedor de cirugía traumatológica le dará recomendaciones sobre el regreso a la escuela. Si su hijo(a) tuvo una cirugía o tiene otras lesiones, es posible que deba ausentarse de la escuela por más tiempo. En la escuela, no debe participar en la clase de gimnasia hasta que finalice el periodo de restricción de actividades.
Una vez que su hijo(a) pueda retomar sus actividades habituales, no será necesario ningún otro seguimiento. Después de que su hijo(a) se haya recuperado, no tiene un mayor riesgo de volver a sufrir una lesión hepática.
Cuándo llamar al proveedor de cirugía traumatológica
Llame a la Clínica de Traumatismos (Trauma Clinic) o busque atención médica si su hijo(a) presenta lo siguiente:
- Dolor abdominal que aumentó o se intensificó
- Fiebre de más de 100.5°F
- Dificultad para defecar
- Falta de aire
- Náuseas/vómitos
- Mareos
- Frecuencia cardiaca acelerada
- Enrojecimiento, inflamación, supuración de pus o aumento del dolor alrededor de la herida
Recuperación emocional
Después de la lesión, su hijo(a) podría sentirse cansado(a) e irritable. Sanar lleva tiempo. Debe usar ese tiempo para descansar y hacer actividades tranquilas. Jueguen a juegos de mesa, lean o hagan pequeños proyectos de manualidades durante periodos cortos. Los bebés y niños pequeños son más difíciles de distraer, y será más complicado mantenerlos quietos, pero se deben evitar las actividades de alto riesgo, por ejemplo, las que incluyan ruedas o trepar en estructuras de juegos.
Después de sufrir un traumatismo, los niños pueden tener síntomas de estrés agudo. Si nota que su hijo(a) tiene pesadillas, recuerdos recurrentes, nerviosismo, irritabilidad o cualquier otro síntoma emocional preocupante, hable con el proveedor de cirugía traumatológica. Se puede proporcionar terapia a corto plazo para ayudar a los niños a sanar y recuperarse emocionalmente después de un trauma.
Medidas preventivas
Es importante enseñar a su hijo(a) sobre todos los tipos de seguridad. Las lesiones no intencionales son una de las principales causas de muerte en Estados Unidos.
En su hogar: Si tiene armas de fuego en el hogar, deben estar descargadas y guardadas bajo llave con un dispositivo de seguridad, y las municiones deben guardarse en un lugar aparte.
Durante el juego: Asegúrese de que su hijo(a) use el tipo correcto de casco cuando ande en bicicleta, use otros juguetes con ruedas o practique deportes que requieran casco.
Fuera del hogar: Asegúrese de que su hijo(a) esté bien amarrado(a) en un sistema de retención infantil apropiado para su edad cada vez que viaje en un vehículo. Los niños menores de 13 años no deben viajar en el asiento delantero.



