¿Qué es la trombosis?
La trombosis es un coágulo de sangre en una vena o arteria que obstruye el flujo sanguíneo normal.
Al limitar el flujo sanguíneo, estos coágulos pueden dañar los órganos o tejidos. También pueden desprenderse de su ubicación original, lo que puede provocar daños en otras áreas a medida que la sangre viaja por el cuerpo.
Tipos de trombosis
Un coágulo de sangre anómalo que se forma en una vena se conoce como trombosis venosa. Un coágulo de sangre anómalo en una arteria se conoce como trombosis arterial. Hay nombres específicos que describen dónde se ubica un coágulo de sangre. Algunos ejemplos de trombosis en niños y adultos jóvenes son los siguientes:
- Trombosis venosa profunda: un coágulo de sangre que se forma en una vena muy por debajo de la piel, por lo general en la parte superior de la pierna, el brazo o la pelvis. Estos son peligrosos porque tienen el potencial de generar una embolia (desprenderse) y viajar hacia los pulmones y provocar una embolia pulmonar.
- Embolia pulmonar: un coágulo de sangre en los pulmones; por lo general, esto sucede cuando una trombosis venosa profunda se desprende de su ubicación original y viaja a través de la sangre en las venas hacia los pulmones.
- Embolia cerebral: un coágulo de sangre en una arteria en el cerebro. Estos suelen aparecer por una trombosis que viajó hasta ahí desde otra ubicación.
- Trombosis venosa del seno cavernoso: un coágulo de sangre en una vena que drena sangre desde el cerebro.
- Trombosis venosa portal: un coágulo de sangre en una vena principal del hígado.
¿Cuáles son las causas de la trombosis?
Las causas de la trombosis pueden ser muchas. A veces, la trombosis ocurre porque la anatomía del cuerpo no se formó correctamente al nacer. Esto da lugar a anomalías en el flujo sanguíneo. Los cambios en las instrucciones (genes) para las proteínas de coagulación de la sangre pueden facilitar la formación de coágulos de sangre (hipercoagulable). Algunas enfermedades pueden aumentar las probabilidades de tener una trombosis, como el cáncer, la enfermedad intestinal inflamatoria, y ciertos tipos de infecciones. Algunas cirugías, como los procedimientos ortopédicos, pueden aumentar el riesgo de trombosis. El uso de catéteres en venas o arterias es un riesgo común de trombosis, en especial en niños. La obesidad y fumar cigarrillos también aumentan el riesgo de trombosis.
¿Cuáles son los síntomas de la trombosis?
Los síntomas de una trombosis pueden variar según su ubicación. Si se forma una trombosis en las venas o arterias de la pierna o el brazo, los síntomas pueden incluir dolor, inflamación y enrojecimiento en el área. Los síntomas de una embolia en los pulmones o el cerebro pueden ser más difíciles de detectar.
Las señales de advertencia de coágulos de sangre en el cerebro incluyen lo siguiente:
- Dolor de cabeza intenso
- Crisis convulsivas
- Síntomas similares a los de un accidente cerebrovascular, como debilidad repentina, adormecimiento, problemas de vista o confusión
Los coágulos de sangre en los pulmones pueden provocar lo siguiente:
- Falta de aire
- Dolor en el pecho
- Dolor al respirar
Todos los coágulos de sangre exigen un tratamiento médico urgente, ya que pueden poner en riesgo la vida.
¿Cómo se diagnostica la trombosis?
Para diagnosticar una trombosis, los médicos confirmarán que hay un coágulo de sangre y su ubicación exacta usando una ecografía, una tomografía computarizada (solo disponible en inglés) o una imagen por resonancia magnética.
¿Cómo se trata la trombosis?
El tratamiento para la trombosis depende de la ubicación y la gravedad del coágulo de sangre, pero también de si el paciente tiene un mayor riesgo de hemorragia si se trata la trombosis. El tratamiento suele incluir el uso de un anticoagulante. Los anticoagulantes son medicamentos que debilitan la capacidad del cuerpo de formar coágulos. Estos fármacos ralentizan la formación o el crecimiento de coágulos de sangre, y permiten que el propio sistema trombolítico del cuerpo funcione mejor. Ayudan a restablecer el flujo sanguíneo normal de la vena o arteria afectada.
Los anticoagulantes se pueden tomar de manera oral (por la boca), intravenosa (a través de una vena) o subcutánea (debajo de la piel). En algunos casos de coágulos de sangre serios, es posible que se necesiten más tratamientos para eliminar el coágulo de sangre rápido. Esto podría incluir una cirugía de emergencia u otros procedimientos con un catéter para eliminar el coágulo de sangre. Afortunadamente, la mayoría de los niños y adultos jóvenes responden bien a los anticoagulantes solos y no necesitan otros procedimientos.
La mayoría de los niños que reciben un diagnóstico de trombosis son internados en el hospital para un tratamiento y supervisión. Los que tienen coágulos de sangre menos serios pueden regresar a sus hogares después de una hospitalización corta, mientras que otros quizá deban permanecer en el hospital durante más tiempo. Muchos niños que tienen un diagnóstico de trombosis deben tomar anticoagulantes en su hogar durante al menos seis semanas. Algunos pacientes necesitan tratamientos con anticoagulantes más largos para evitar otra trombosis. Durante la terapia ambulatoria, los médicos supervisan al paciente y controlan que la trombosis esté mejorando.
Pronóstico para la trombosis
La mayoría de los pacientes jóvenes se recupera por completo de una trombosis. Para controlar que la trombosis esté mejorando, los pacientes deben volver a hacerse estudios por imágenes. Si la causa subyacente del coágulo de sangre ya no está presente (como un procedimiento quirúrgico o una infección que se trató correctamente), es probable que no se necesite otro tratamiento después de las 6‑12 semanas de terapia con anticoagulantes.
Después de que les diagnostican un coágulo de sangre, algunos pacientes pueden ser considerados de alto riesgo para la formación de otra trombosis como para dejar de tomar de forma segura los anticoagulantes. Esto puede ser por un riesgo de formación de coágulos de sangre con el que nació el paciente (trombofilia hereditaria) u otra condición que todavía está presente y aumenta el riesgo de formación de otros coágulos de sangre. Las personas con estas condiciones deberán consultar a un hematólogo. Un hematólogo es un médico que tiene una formación especial en enfermedades de la sangre.
Todos los pacientes que toman anticoagulantes tienen más probabilidades de tener una hemorragia o una hemorragia más grande si tienen una lesión o un accidente. Deben evitar las actividades que supongan un riesgo alto de lesión o hemorragia, como el hockey o el fútbol (deportes de contacto).



