Temas de Salud
Catatonía

¿Qué es la catatonía?

La catatonía es un trastorno que afecta la manera en que el cerebro controla el cuerpo. Puede tener efectos en cómo se mueve, habla, come y reacciona emocionalmente una persona. Algunos niños pueden parecer congelados o pueden dejar de comunicarse. Otros podrían moverse mucho, repetir palabras o acciones o parecer abrumados emocionalmente.

En general, la catatonía no es un diagnóstico aislado. Se trata de un síndrome, lo que quiere decir que suele ser parte de otra afección. Con frecuencia, la catatonía se presenta con:

  • Autismo y otras afecciones del neurodesarrollo.
  • Trastorno bipolar.
  • Esquizofrenia.
  • Algunos problemas médicos como infecciones, enfermedades autoinmunitarias o incluso reacciones a los medicamentos.

La catatonía implica un cambio en el funcionamiento habitual del niño(a). Los padres y los cuidadores pueden darse cuenta de que sus hijos dejaron de hacer algo que solían poder hacer, como hablar, ir al baño o alimentarse. Esta regresión o pérdida de habilidades es un signo importante de la catatonía en los niños, independientemente de que les hayan diagnosticado o no un trastorno del desarrollo.

¿Cuánto dura la catatonía?

El tiempo que dura la catatonía puede variar. Algunos niños empiezan a mejorar en unos pocos días o semanas después de iniciar el tratamiento, en especial si los médicos pueden detectar y controlar la afección que la desencadenó. En otros casos, particularmente en los niños con autismo u otras afecciones del neurodesarrollo, la mejoría puede tomar más tiempo. La catatonía también puede aparecer y desaparecer con el tiempo. El apoyo continuo puede incluir visitas de seguimiento periódicas con los médicos, terapia para recuperar las habilidades perdidas, ajustes de los medicamentos y ayuda con las rutinas cotidianas. Estos apoyos pueden ayudar a mantener el progreso y a ajustar el tratamiento a medida que cambien las necesidades del niño(a) a lo largo del tiempo.

Tipos de catatonía

La catatonía puede manifestarse de manera diferente de un niño(a) a otro(a).

  • Catatonía acinética o estuporosa: el niño(a) puede dejar de moverse, hablar o responder. Es posible que mantenga la misma posición durante mucho tiempo.
  • Catatonía excitada (hipercinética): el niño(a) puede repetir palabras o acciones, estar inquieto(a) o mostrar un comportamiento que parece rápido, frenético o difícil de interrumpir.
  • Catatonía maligna: esta forma rara y grave puede afectar la salud física de maneras peligrosas. La palabra “maligna” no se relaciona con el cáncer en este caso, sino que describe lo intensos que pueden ser los síntomas. Los niños con catatonía maligna pueden presentar una fiebre alta repentina, tener la piel enrojecida o sudorosa, respirar muy rápido o parecer extremadamente agitados o confundidos. En otros casos, pueden estar muy aletargados o pueden no responder, o bien podrían perder la conciencia y volver a recuperarla. Estos síntomas indican que el cuerpo está bajo estrés y se necesita atención médica de forma urgente. Este tipo de catatonía es poco frecuente, pero se lo debe reconocer y tratar de inmediato.
  • Catatonía autista o regresiva: en el caso de los niños con autismo, la catatonía se puede presentar como una pérdida gradual del habla, del movimiento o de la interacción. Algunas conductas catatónicas pueden parecerse a las conductas de autismo, por lo que pueden ser preocupantes los cambios que se diferencien del comportamiento habitual

¿Cuál es la causa de la catatonía?

La catatonía no tiene una causa única, ya que muchos factores diferentes pueden provocarla. Los médicos suelen hacer una evaluación integral para intentar comprender cuál puede ser su origen.

  • La catatonía puede estar relacionada con lo siguiente:
  • Afecciones psiquiátricas como el trastorno bipolar, la depresión o la esquizofrenia.
  • Otros problemas médicos como las crisis convulsivas, las enfermedades autoinmunitarias o las infecciones.
  • Afecciones genéticas como el síndrome de Down o el síndrome de Phelan‑McDermid.
  • Trastornos del neurodesarrollo como el autismo.
  • Estrés o traumatismo.

Las pruebas de imágenes cerebrales muestran que la catatonía desequilibra el sistema de control de la motricidad del cerebro. Algunas veces, este se traba en “apagado” y, otras, en “encendido”. Esto explica por qué los niños se quedan congelados o actúan de manera acelerada y repetitiva.

¿Cuáles son los síntomas de la catatonía?

La catatonía se puede presentar de muchas formas diferentes, pero los signos pueden ser sutiles. Algunos niños pueden parecer inusualmente quietos o retraídos, mientras que otros pueden quedarse estancados en un movimiento o una conducta. En algunos casos, los síntomas aparecen y desaparecen, o el comportamiento del niño(a) puede variar entre estar muy quieto(a) (catatonía acinética) y muy activo(a) (catatonía excitada).

La catatonía afecta los movimientos, el habla, las emociones y el comportamiento.

Algunos de los síntomas pueden ser:

  • Silencio o falta de respuesta repentinos.
  • Quedarse congelado en el lugar o moverse poco.
  • Repetición del mismo movimiento (estereotipia) o frase (verbigeración) una y otra vez.
  • Conductas de inquietud o agitación, como caminar de un lado a otro, moverse nerviosamente sin parar o tener un arrebato repentino sin un motivo claro.
  • Problemas para comer o para cuidarse a sí mismo.
  • Cambios en la expresión emocional, como llorar o reír sin un motivo aparente.

Uno de los signos más claros de la catatonía es la regresión o la pérdida de las capacidades que el niño(a) ya dominaba, como hablar, alimentarse o ir al baño. Esto puede suceder a niños con o sin autismo. Este tipo de regresión puede ser particularmente difícil de reconocer en los niños con autismo o trastornos del desarrollo, ya que algunos de los síntomas de la catatonía se superponen con conductas que ya presentan. Por eso es importante prestar atención cuando los niños tienen conductas nuevas o diferentes de las habituales.

¿Cómo se diagnostica la catatonía?

No hay una prueba única para detectar la catatonía. Los médicos se basan en lo que ven, en lo que informan los padres y en una revisión completa de la historia clínica del niño(a). La catatonía se suele diagnosticar durante los primeros años de la adolescencia. Los síntomas pueden comenzar antes o después.

Dado que la catatonía se puede parecer a otras afecciones (como la depresión, la regresión en el autismo o las crisis convulsivas), los equipos de atención deben trabajar en conjunto. Se suele administrar una dosis de prueba de un medicamento, como el lorazepam, para ver si mejoran los síntomas. Esto se denomina “prueba con lorazepam”. Se suele hacer en un entorno médico en el que se pueda observar al niño(a) atentamente. Una respuesta positiva puede ayudar a confirmar el diagnóstico y a orientar el tratamiento.

La catatonía suele ser diagnosticada por psiquiatras infantiles, neurólogos o equipos médicos familiarizados con trastornos complejos del comportamiento y del desarrollo.

¿Cómo se trata la catatonía?

La meta principal del tratamiento es ayudar a que el niño(a) vuelva a tener su nivel habitual de funcionamiento. Para muchos niños, esto comienza con medicamentos.

  • Las benzodiacepinas (benzodiazepines), como el lorazepam, son un tipo de medicamento que se usa para tranquilizar el cerebro y el cuerpo. Si bien algunas veces se los llama “sedantes”, no siempre actúan de esa manera en los niños con catatonía. En lugar de adormecer al niño(a), suelen ayudar a restablecer el equilibrio del cerebro, ya sea permitiendo que el niño(a) que está “atascado en apagado” esté más alerta y pueda moverse, o bien ayudando al niño(a) “atascado(a) en encendido” a sentirse más tranquilo(a) y tener más control.
  • Se pueden agregar otros medicamentos en función de las necesidades del niño(a) y las afecciones subyacentes. Por ejemplo, se pueden usar estabilizadores del estado de ánimo si el niño(a) tiene trastorno bipolar, o medicamentos antipsicóticos si tiene alucinaciones o pensamiento desorganizado.
  • La atención de apoyo ayuda con la alimentación, las actividades cotidianas y la organización de las rutinas.
  • Se puede administrar terapia electroconvulsiva cuando los síntomas de la catatonía son graves, no mejoran con medicamentos o duran mucho tiempo. Por ejemplo, los niños que no comen, no hablan o corren el riesgo de hacerse daño pueden necesitar una intervención más intensiva. La terapia electroconvulsiva es un tratamiento médico en el que se usa una pequeña corriente eléctrica controlada para ayudar a restablecer la actividad del cerebro. Se administra bajo anestesia y la supervisa cuidadosamente un equipo médico. Es un tratamiento seguro y bien estudiado que permite “restablecer” los sistemas cerebrales.

No todos los niños necesitan un tratamiento a largo plazo. En particular, se puede necesitar un tratamiento prolongado cuando la catatonía está asociada a afecciones como el autismo u otros trastornos del neurodesarrollo. En estos casos, la afección subyacente no se puede curar, y la catatonía puede ser más resistente al tratamiento a corto plazo. Los niños pueden seguir necesitando medicamentos, terapia o atención de apoyo con el tiempo para controlar los síntomas y mantener el funcionamiento.

Pronóstico de la catatonía

Con la atención adecuada, muchos niños se recuperan por completo o mejoran mucho. Algunos vuelven a tener su nivel de funcionamiento anterior, mientras que otros pueden adquirir nuevas habilidades después del tratamiento.

La recuperación puede llevar tiempo. Algunos niños empiezan a mostrar mejoría en algunos días o semanas, en especial cuando la catatonía se detecta de forma temprana y se trata rápidamente. Otros pueden necesitar apoyo a largo plazo. Con frecuencia, el tratamiento continúa durante varios meses o más, particularmente cuando la catatonía está asociada a afecciones como el autismo, el síndrome de Down u otros trastornos del desarrollo.

Last Updated 08/2025

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